¿Cómo saber si mi relación está preparada para afrontar el reto de formar una familia?, ¿Cómo prepararnos?, ¿qué debemos conversar? o ¿por dónde comenzamos? Son millones las preguntas que se vienen a nuestra mente al momento de pensar en formar una familia, bien sea a corto o a largo plazo.
El detalle está en que muchas veces tenemos la idea de que formar una familia es fácil, o que si tenemos hijos la relación se fortalecerá automáticamente y que seremos todos felices para siempre… NADA QUE VER! Traer niños al mundo es una responsabilidad y compromiso ENORME, del cuál muchos no están enterados.
¿Por qué digo que no están enterados? Por qué es más común pensar en todo lo que debes comprarle a tu bebe durante el embarazo, que la educación que debes tomar, los patrones que debes dejar, y los malos hábitos que debemos transformar, entre otras cosas. y si bien es cierto que formar una familia puede fortalecer enormemente una relación… También la puede destruir más rápido que un flash.
Por eso te tengo este artículo con 3 puntos cruciales que debes evaluar en tu relación antes de pensar en formar una familia.
- Comunicación: abierta y honesta.
Primero que nada, ¿tú sabes cómo comunicarte?, ¿sabes cómo expresarte claramente cuando algo te molesta o te desagrada?, ¿sabes como comunicarte a tiempo, y no cuando es muy tarde?, ¿sabes aceptar tus errores?, ¿sabes admitir cuando te equivocas?… Ojo! Todos estamos bien lejos de ser perfectos, pero que tengamos la disposición de mejorarcada día es súper importante.
Ahora, ¿cómo es la comunicación con tu pareja?, ¿te escucha?, ¿busca comprenderte, o todo lo contrario? Es esencial que ambos miembros de la pareja se sientan libres de expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor a ser juzgados. La comunicación abierta puede prevenir malentendidos y resolver conflictos de manera constructiva. Es importante hablar sobre expectativas, miedos y necesidades en la relación antes, durante y siempre durante este proceso.
2. Buena disposición: ¿cómo reaccionan a los cambios?
Como bien mencioné anteriormente, no somos perfectos. Pero si es importante evaluarnos constantemente y que tengamos la disposición y la convicción de que cada día podemos ser mejores personas.
¿Cómo reaccionas a los cambios?, ¿qué actitud tomas cuando algo sale como menos te lo esperas?, ¿como reaccionas cuando alguien piensa distinto a ti?, ¿escuchas? o sólo oyes lo que te dicen para saltar a responder automáticamente?
En la maternidad/paternidad es todo menos blanco y negro. Puede que muchas cosas den un giro inesperado, y si tú o tu pareja son de las personas que no reaccionan bien a los cambios… Puede que se vayan a frustrar muchísimo. Por lo que te recomiendo evaluar este punto, tener la mente abierta, estar dispuestos a informarse, a aprender, a verle el lado positivo a cada situación para ahorrarse malos ratos.
3. Intimidad y conexión
¿Tu relación es relación y conexión solo por los encuentros íntimos sexuales? Si es así, te recomiendo trabajar mucho en conversar sobre este tema.
De este punto puedo hacer un libro. Si bien muchas personas les encanta alardear sobre cómo “no respetaron la cuarentena” o sobre cómo “se les hizo un infierno esperar 6 semanas”… Déjame decirte que ese NO es el común denominador.
Es de esperarse, es completamente normal y común que la mujer no quiera tener relaciones sexuales con su pareja, y más aún si tuvo un parto vaginal. Aquí juegan las hormonas un papel protagónico, al igual que la experiencia que se haya tenido durante el parto, o incluso si fue cesárea… Puede que tu pareja no quiera “volver a la normalidad” en este aspecto tan pronto como recomiendan o como dicen, y eso está perfectamente bien.
Evalúen otras maneras de las cuales puedan conectar uno con el otro sin tener relaciones, cómo se pueden hacer sentir especiales, amados, cuidados y respetados por el otro sin incurrir en el sexo. De esta manera, ya tendrán un plan de acción en caso de que se les presente este escenario.
Si tu deseo es comenzar una familia en algún momento, sentarte con tu pareja y evaluar estos tres puntos puede abrir espacio a un gran camino. Es triste observar parejas que no pueden comunicarse libremente entre ellos pensando en traer niños a este mundo, o peor aún, personas que tienen relaciones rotas creyendo que un bebé lo arreglará todo.
Los niños son sagrados, y deben ser protegidos a toda costa. Merecen padres responsables y amorosos, familias fuertes en las que se puedan apoyar y con las que siempre puedan contar. Recuerda que los padres (la pareja) son los pilares fundamentales en la vida de un bebé, y nuestro trabajo como adultos es asegurarnos de ser siempre su lugar seguro.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
¡Bendiciones y un fuerte abrazo!
-Giovanna.